169.- China: Pekín, Shanghai, Xian... mes amours.

Tenía pendiente hablar de China, ahí va.

Durante 14 días he tenido la suerte y la oportunidad de viajar por algunos, solo algunos entre cientos, de los lugares más sorprendentes de China, el país donde todo tiene un explicable por qué. Creo que ha sido una buena ocasión, el año que viene con la olimpiada será más difícil y... mucho más caro, y a partir del 2008 quíen sabe. China es un tigre agazapado tras la olimpiada, no causa problemas entre la comunidad internacional por mantener una imagen hasta los juegos. Pero después... La constitución de sus reservas estratégicas, petróleo y minerales fundamentalmente, desequilibrará el comercio mundial, así como su actual aunque discreta presencia, por ahora, en zonas como el Indukush, Africa Oriental, etc... harán que un vaje pueda no ser tan placentero como el que yo tuve. Y no solamente por causa de China. Es de esperar que el país que puede ser el rey del turismo de este siglo, atempere otras necesidades estratégicas en favor de los ingresos que les pueden proporcionar fácilmente cien millones de turistas.
No llevaba una opinión prederterminada pero la verdad es que lo que he visto, y soy muy observador, me ha dejado impactado.
Con la liberalización de los mercados interiores, hace casi dos décadas, la agricultura fue la primera en beneficiarse; he viajado por zonas rurales y sus casas, granjas, pueblos, en poco se diferencian, por sus construcciones, de cualquiera de los nuestros en cuanto a prosperidad. Los sueldos industriales casi se han duplicado en los últimos cinco años.
Qué decir de las ciudades. En Beijing, Shanghai, Xi'an y Guilin, es de todo punto impresionante lo que se puede constatar. La ausencia de miseria, la modernidad, la limpieza, la organización, las infraestructuras, la grandiosa iluminación y sobre todo, sobre todo, el aire acondicionado (que nos hace preguntarnos ¿de dónde sacan la energía?)... Todo apabulla.
Y Hong Kong. Una ciudad híbrida de Londres y Nueva York, sorprendente, encantadora, monumental, paraíso de las compras de electrónica, imitaciones... todo, casi libre de impuestos.
Ya estoy pensando en cuando volver.

168.- El 0,7 ¿exterior o... interior también?

Siempre que se habla de las ayudas, directas o indirectas, al desrrollo del tercer mundo, surge inevitablemente una cifra: el 0,7.
El 0,7 se refiere al por ciento del PIB de un país, que alguien consideró idóneo para ayudar al tercer mundo, con la sospechosa coletilla, ahora más que nunca, de requerir su administración.
Dando por buena la cifra me permito hacer una disquisición. Puesto que los recursos no son ilimitados, habría de considerarse que la cantidad dineraria correspondiente se debería distribuir entre el tercer mundo exterior y el tercer mundo interior, es decir inmigración. La suma, el 0,7%.
Y todo esto viene al pensar en el concepto de pobreza. La pobreza puede ser absoluta, general, relativa... todas ellas con sus correspondientes definiciones. Pero si hablamos de "nuestros pobres", la que a mí por lo menos me vale es la que estima como umbral de la pobreza un escaso tanto por ciento, del 50 para abajo, de los ingresos medios.
Quiere decirse que si el 0,7 no cubre las necesidades del tercer mundo interior, inmigración, las cantidades que en principio se dirigían a cubrir las necesidades de "nuestros pobres", ahora se dirigen a cubrir las del tercer mundo interior, repito, inmigración, dejando a "nuestros pobres" en el desamparo cuando no en la indigencia.
Pregunten, pregunten a los que recibían ayudas, sobre todo en el ámbito de la educación, y verán que lo que antaño, para cuatro hijos, les costaba menos de 100 € ahora, como se derivan a otros más pobres, pero no "nuestros", les ha pasado a costar más de 350 €.
Resumiendo, mantengan las administraciones las ayudas diferenciadas para "nuestros pobres" y extraigan lo necesario del 0,7 para el tercer mundo interior, la inmigración.