276.- El "paki" Ahmed y el chueta...

Mucho se ha hablado estos últimos días del comentario, supuestamente despectivo, del príncipe Harry relativo a su compañero Ahmed de origen pakistaní. Al parecer le llamó "el pequeño paki".
La ofensa no está en llamarle pequeño, que lo es, sino por llamarle paki; apelativo despectivo que reciben los pakistaníes en el Reino Unido.
No se puede comprender que un mote despectivo llegue a ser afectuoso si no se ha pasado por un entorno como el de una academia militar.
Yo, como artillero, tuve varios compañeros en la Academia que eran de las Islas Baleares; todos artilleros por supuesto. Alguno o algunos eran chuetas. Hace cuarenta y cinco años yo sabía lo que era un chueta, pero desconocía que, por ejemplo, en los colegios, hasta unos pocos años antes, los niños chuetas habían estado algo apartados, por decirlo suave.
En la academia había mallorquines, menorquines o ibicencos que no eran chuetas y alguno o algunos que lo eran. En el primer mes alguno de los que no lo eran creyó que la cosa seguiría igual que en su tierra. Se les leyó la cartilla y ahí acabó todo. Jamás hubo un problema. Es más, a partir de ese momento, la palabra chueta se utilizó para denominar, afectuosamente por supuesto, a todos los nacidos en las Islas Baleares, fueran realmente chuetas o no.
Esto que aquí relato, como otras muchas cosas que ocurren en una academia o unidad militar, son imposibles de comprender si no se ha pertenecido alguna vez al entorno. Por eso yo comprendo el comentario del príncipe Harry.
Además, todos, en las Fuerzas Armadas, solemos tener un mote, afectivo o aparentemente despectivo, al que nunca nadie ha deseado renunciar. Desde SM el rey al que llamaban SAR (Su Alteza Real) a la primera mujer piloto de combate cuyo nombre de guerra es "Piolín", o el "Batra" (el batracio) aquel gran profesor que tuve cuando me preparaba para la oposición, o los míos, que por distintos motivos fueron, son, "Venao" y "Marsopa". ¡Y que nadie me llame de otra manera!

P.S.: A mi general, el chueta, con todo el afecto de su subordinado, compañero y sin embargo amigo.